"El feminismo inicial estaba fuertemente inspirado en ideas y valores liberales"
Foto: Libertad y Desarrollo
Con la aparición de destacada literatura sobre estudios de género y la aplicación normativa de aperturas sociales en diversos países desarrollados muchos autores se han mostrado contrarios a este cambio que podría vulnerar los cimientos de la familia tradicional. Desde la izquierda se culpa a la derecha del sometimiento de las mujeres y las minorías sexuales y desde la derecha se culpa a la izquierda de promover, mediante el marxismo cultural, un cambio impropio en la sociedad, pero dentro de este espectro de discusión, ¿dónde están los liberales?
*Alexandro Cea, liberal e intelectual chileno nos comenta en la siguiente entrevista que la llamada ideología de género ha sido tomada por ambas fuerzas políticas para sus propias agendas más que por un interés real en sí y cómo el liberalismo puede ser una vía que conceda los derechos a estos sectores de la sociedad sin necesidad de una promoción estatista.
*Alexandro Cea, liberal e intelectual chileno nos comenta en la siguiente entrevista que la llamada ideología de género ha sido tomada por ambas fuerzas políticas para sus propias agendas más que por un interés real en sí y cómo el liberalismo puede ser una vía que conceda los derechos a estos sectores de la sociedad sin necesidad de una promoción estatista.
1.- ¿Existe una ideología de género o los estudios sobre género se han
malinterpretado?
Debemos analizar primero qué es
lo que entendemos por ideología, pues es posible encontrar dos significados. Una
primera acepción se refiere a un “sistema de creencias políticas” o un “conjunto
de ideas y valores concernientes al orden político”. Una segunda acepción la
considera simplemente como sinónimo de “falsa creencia”.
Considerar “lo ideológico” como
sinónimo de “lo falso” es una tendencia de la tradición conservadora, la cual cataloga
habitualmente como tal a toda doctrina que se aleje de sus valores por
considerar las ideas propias como “verdaderas” y todas las demás simplemente “falsas”. Pero cualquier persona que adhiera a otra ideología
podría predicar lo mismo de las ideas conservadoras, volviéndose el término un
concepto relativo. Por esa razón esta noción de “ideología” es generalmente
rechazada por la ciencia política actual.
Si entendemos, entonces, ideología no como falsa creencia sino como sistema de ideas y valores concernientes al orden político, la respuesta resulta evidente. No sólo existe una ideología de género, sino que existen tres: una neomarxista, una conservadora y una liberal; siendo las primeras dos las más predominantes en la actualidad.
2.- ¿Qué diferencia hay entre identidad sexual, rol de género y
orientación sexual?
La identidad sexual es el modo en
que una persona se autopercibe en relación a su sexualidad, independiente de su
sexo genético o biológico. Rol de género
es la manera en que cada cultura asigna ciertas funciones sociales, gustos y formas
correctas de expresión a cada género. Finalmente, la orientación sexual es la
inclinación amorosa y deseo sexual de una persona por otras, la que puede ser heterosexual,
homosexual o bien alguna inclinación mixta o intermedia.
Sin embargo, la ideología de
género conservadora se basa en una visión binaria del sexo donde o se es 100%
hombre o se es 100% mujer, estando esto determinado por la naturaleza biológica
de cada persona. Desde esta visión lo único real es el sexo biológico y de éste
deben desprenderse todos los demás conceptos, de manera que cualquier
orientación o identidad sexual que no esté correctamente alineada es
necesariamente una “desviación, patología o perversión”.
Esta ideología, si bien se
encuentra en constante decadencia, es la que ostenta la hegemonía cultural del
mundo moderno inspirando además las legislaciones actuales. Es desde esta
visión que se establece como función del Estado, por ejemplo, certificar el
“sexo” de los ciudadanos en los documentos de identidad forzando a toda persona,
con independencia de alguna condición médica intersexual, a escoger “masculino
o femenino” por ser estas las únicas dos alternativas tradicionalmente aceptadas.
¿Qué más ideológico que eso?
3.- ¿Es el feminismo una ideología?
El feminismo es un movimiento
social que viene a plantear una contraposición a la anterior visión ideológica binaria
o conservadora del género, la cual además siempre ha defendido una preeminencia
del sexo masculino por sobre el femenino. Por esta razón, las corrientes
feministas iniciales estaban fuertemente inspiradas en ideas y valores
liberales. La batalla cultural original estaba relacionada con el derecho a sufragio
de la mujer, la abolición de leyes discriminatorias y, en definitiva, la
igualdad ante la ley del Estado. Aun hoy esta batalla liberal está lejos de haberse terminado.
Basta observar la legislación de mi país –Chile– donde
hasta hace poco el contrato de matrimonio establecía como deber de la mujer
respetar al marido, mientras que el marido no tenía el deber de respetar a su
mujer. Aun hoy el Estado impone que el hombre debe ser el jefe de la sociedad
conyugal, de manera que es nulo todo pacto voluntario en que esto se modifique.
Ni siquiera existe autonomía de la voluntad en la decisión del apellido que llevará
primero un hijo o una hija, pues para el Estado existe un orden de importancia
“natural” que debe ser respetado.
Sin embargo, cuando hoy se habla de “feminismo” se
desconoce la existencia de la ideología de género liberal que inspiró en sus
orígenes a este movimiento social. Hoy el “feminismo” se asocia sin más a la
ideología de género neomarxista, como si fuera la única ideología de género existente.
Este reduccionismo tiene dos causas: la primera está en que los conservadores,
acorralados frente a las ideologías de género liberal y neomarxista, han
extremado esfuerzos para meter en el mismo saco del marxismo cultural a todo el
que se oponga a los valores conservadores, restándole autonomía a la corriente
liberal. La segunda está en que efectivamente el marxismo cultural ha cooptado
el debate con el pasar del tiempo, proponiendo soluciones estatistas a una
causa que originalmente siempre fue liberal.
4.- Han existido muchos estudios sobre la mujer, muchas campañas
sociales y se han creado Ministerios específicos en algunos países, ¿No
conlleva eso a una desigualdad explicita promovida desde el Estado? ¿Por qué no
se promueven de la misma manera los estudios sobre la masculinidad o se
sentencian en equidad de condiciones las responsabilidades económicas entre
padres y madres?
Esto que se describe aquí ha
sucedido en todas las áreas: educación, previsión social, salud, trabajo,
vivienda, etcétera. Detrás de todas estas intervenciones del Estado existen
causas nobles, cooptadas por ideas y propuestas de corte socialista. Las
propuestas neomarxistas se plantean de manera que convencen a la opinión pública
que luchar por una educación de calidad es luchar por una educación provista
por el Estado, o que desear mejores pensiones de vejez es sinónimo de estar a favor
de los sistemas estatales de reparto. Y los conservadores no ayudan, ya que en
general prefieren luchar por mantener el statu
quo que dar batalla por cambiar las condiciones de vida de personas oprimidas
o desventajadas.
Pero, volviendo al feminismo, por supuesto que es posible
avanzar en conquistar igualdad ante la ley para las mujeres sin promover cuotas
de género, creación de ministerios o políticas públicas estatales arbitrariamente
focalizadas en ellas. Las mujeres aun no tienen el mismo trato respecto de los hombres
ante la ley, como he mencionado en algunos ejemplos más arriba. Y esto es extrapolable
a otros grupos tradicionalmente discriminados y excluidos como las personas transgénero,
homosexuales y en general todo el mundo de la diversidad sexual.
Pero, incluso más allá de la igualdad ante la ley, es
posible avanzar en el mejoramiento de las condiciones materiales de todos
ellos. ¡No desde el Estado sino desde la Sociedad! ¿Debemos acaso los liberales
oponernos a que hombres y mujeres ganen salarios iguales según sus competencias
sólo porque los conservadores nos han convencido de que la única forma de lograrlo
es hacerle caso al marxismo cultural e imponerlo desde el Estado? ¡Por supuesto
que no! Podemos defender el mejoramiento de las condiciones materiales de las
personas si comprendemos que ello es conquistable mediante cambios culturales impulsados
desde la espontaneidad de las organizaciones libremente generadas en el tejido
social.
5.- Muchos liberales en Latinoamérica se han mostrado contrarios a los
estudios de género, aunque ciertamente otros lo han promovido en sociedades más
abiertas. Desde su punto de vista ¿es el liberalismo una vía ideológica que
puede ayudar a promover los derechos de las minorías sexuales?
Resulta imperativo que los liberales entremos en el
estudio de los asuntos relacionados con el género. La ideología de género
conservadora se jacta de “científica” sin comprender que no todo es blanco o
negro en la vida real y mucho menos en la ciencia, donde prima la diversidad. Nada
tiene de científico forzar, contra su voluntad, a una persona con genotipo “XXY”
o “XYY” a ser tratada como “100% hombre” o “100% mujer”. Nada tiene de
científico hacer lo mismo con una persona con síndrome de insensibilidad
a los andrógenos quien, pese a tener genotipo XY (masculino), desarrolla un
fenotipo femenino debido a que es “inmune” a las hormonas masculinas de su propio
cuerpo. O una persona de genotipo XX con hiperplasia suprarrenal congénita que
desarrolla genitales ambiguos. ¿Qué
debe prevalecer? ¿Tener genes de hombre, tener genitales de hombre o tener
cerebro de hombre? ¿Qué sucede si se presentan estos caracteres combinados?
¿Qué sucede si ninguno de estos caracteres se presenta de manera “pura”
siquiera?
La ciencia avanza exigiendo ideologías
flexibles dispuestas a incorporar nuevos conocimientos. Lamentablemente la ideología
de género neomarxista es la única que está haciendo este trabajo, mientras que
la conservadora jamás lo hará. Por esta razón es necesario que los liberales
aparezcamos en el debate rompiendo tanto con los tabúes de los conservadores
como con las propuestas estatistas de los neomarxistas. De nosotros depende que
el debate relativo a la promoción de los derechos de las minorías sexuales en
los próximos 20 o 30 años pueda darse tanto a la altura del conocimiento científico
actual como desde la óptica de la colaboración libre y la espontánea
solidaridad entre los seres humanos.
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*Alexandro Cea, es actualmente Director Ejecutivo del Centro de
Estudios “Equidad” en Chile, una organización que promueve una sociedad horizontal,
el humanismo societario y la descentralización social desde el liberalismo. Ha
tenido a su cargo el liderazgo académico y organizacional en Estudiantes por la
Libertad – Chile como coordinador regional y en Desafío: Levantemos Chile
también como coordinador de su región, ha sido además Vicepresidente del Movimiento
Gremial de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. En el 2015 fue
galardonado como Joven Líder Regional, por la Fundación Piensa +.
Fotos: Movilh/Internet
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