"En Guatemala es difícil hacer reformas profundas porque los grupos de interés han recuperado el poder"
El abierto conflicto entre el gobierno de Guatemala y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala - CICIG, ha generado episodios de golpes y contragolpes dentro del país centroamericano y repercusiones a nivel diplomático. El último de estos ha sido el pronunciamiento de la Embajada de Estados Unidos sobre la disposición del Presidente Morales de dar por concluido unilateralmente el acuerdo nacido del pacto entre el Estado guatemalteco y la ONU para luchar contra la corrupción en un país cuyo gobierno fue por años tomado por fuerzas criminales.
Edgar Ortiz Romero, Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales y Director del área jurídica de la Fundación Libertad y Desarrollo, nos explica en esta entrevista el desarrollo de las divergencias entre ambos actores y el panorama político actual en Guatemala.
1.- Para
entender un poco más de la actual situación política guatemalteca ¿Cómo fue la
transición del gobierno del ex Presidente Otto Pérez Molina al del actual mandatario, Jimmy Morales?
Fue una transición atípica porque el periodo presidencial 2012-2016 lo
finalizó Alejandro Maldonado Aguirre, electo por el Congreso como
vicepresidente tras la renuncia de Roxana Baldetti y que subió a la presidencia
tras la renuncia y posterior enjuiciamiento de Otto Pérez Molina.
Jimmy Morales recibió un país descontento con la clase política y con
una victoria abrumadora en las elecciones de 2015. Su primer problema de
gobernabilidad lo experimentó el día de la toma de posesión cuando el partido
de oposición tomó control de la Junta Directiva del Congreso. La bancada
oficial apenas rebasaba una decena de diputados mientras que el partido UNE, de
oposición, tenía más de treinta. Tiempo después la bancada oficial se nutrió de
tránsfugas de otros partidos.
2.- ¿Qué es
la CICIG y por qué Guatemala impulsó su creación?
La Comisión
Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) es una entidad que surge
de un acuerdo entre la Secretaría de las Naciones Unidas y el Estado de
Guatemala cuyo propósito es colaborar en la identificación y desarticulación de
“cuerpos ilegales y aparatos clandestinos de seguridad” (CIACS). Este concepto
se refiere a grupos criminales que operan con agentes del Estado.
La CICIG opera como un
querellante adhesivo junto con el Ministerio Público (MP) y brinda apoyo
técnico a ésta para su fortalecimiento.
Durante la
presidencia de Alfonso Portillo (2000-2004) hubo un intento de crear algo
similar que se denominó CICIACS pero una opinión consultiva desfavorable de la
Corte de Constitucionalidad acabó con la iniciativa.
Fue el
Estado de Guatemala quien pidió el auxilio a Naciones Unidas durante la
presidencia de Oscar Berger (2004-2008) cuando este gobierno se dio cuenta que
la penetración de estos grupos de crimen organizado estaba enraizada en el
Estado y hacía imposible conducir la cosa pública en esas condiciones.
Corrigieron las deficiencias jurídicas de la fallida CICIACS y así nació la
CICIG.
El Presidente Jimmy Morales y el comisionado de la CICIG, Iván Velasquez, antes de las divergencias entre el gobierno y la entidad de la ONU
Foto: Diario República de Guatemala.
3.- ¿Cómo
se inició el enfrentamiento entre Morales y la Comisión Internacional contra la
Impunidad en Guatemala?
Todo comenzó a
comienzos del 2017 cuando la CICIG y el Ministerio Público formularon cargos
criminales en contra de Samuel Morales (hermano del presidente) y José Manuel
Morales (hijo del presidente) por el delito de fraude. La acusación se refería
a hechos ocurridos antes de la presidencia de Jimmy Morales.
En realidad el caso
surge como consecuencia de la declaración de un testigo dentro de otro caso de
corrupción que el Ministerio Público y CICIG habían encontrado en el Registro de la Propiedad.
Desde ese momento las relaciones entre CICIG y el presidente Morales, nunca
fueron las mismas.
4.- ¿El
conflicto del gobierno con la CICIG ha dividido a la población guatemalteca?
¿El gobierno de Morales se ha desligitimado con su accionar frente a la CICIG?
No tengo claro que exista una
división en la población guatemalteca en su conjunto. Algunas encuestas de
consultoras como Tendencias Globales y Politik de finales de 2018 arrojaban que
la CICIG tenía una aprobación cercana al 70% y el presidente Morales una
aprobación menor al 20%.
Pienso que
el gobierno ha perdido legitimidad con buena parte de la población porque se ha
valido en muchos casos de instrumentos ilegales para combatir a la CICIG. En
2017 intentó declarar persona non grata al Comisionado de CICIG, el colombiano
Iván Velásquez, y la Corte de Constitucionalidad declaró que el acto era ilegal
y lo dejó sin efecto. A finales de agosto de 2018 emitió una orden que prohibía
el ingreso al país del Comisionado y nuevamente la Corte falló que el acto era
ilegal. Ahora, empezando el 2019, el presidente anunció que el Estado de
Guatemala daba por terminado de forma unilateral el Acuerdo de CICIG.
Seguramente la Corte volverá a determinar la ilegalidad de esa actuación porque
viola las prácticas reconocidas por la Convención de Viena sobre el Derecho de
los Tratados y por lo tanto lo dispuesto en el artículo 149 de la Constitución.
5.- ¿Como
resumiría estos 3 años de Presidencia de Jimmy Morales?
Ha sido una
presidencia que ha ido de más a menos. No es que lo más haya sido para tirar
cohetes, pero el deterioro de las instituciones bajo su mandato ha sido
notable. Al principio Morales intentó rodearse de un gabinete de gente con
trayectoria, pero en la medida que la prioridad del gobierno fue acabar con
CICIG, se deshizo de muchos de ellos y procuró rodearse con gente que fuera
leal a su causa.
No se trata
de pensar que la CICIG es la panacea a los problemas del país. El asunto está
en que Morales solo ha manifestado su combate frontal a la CICIG, pero jamás ha
ofrecido una alternativa para resolver el tema de la captura del Estado y la
corrupción.
Por si
fuera poco, en 2016 se intentó discutir una reforma a la Constitución orientada
a fortalecer el sistema judicial. Se proponía modificar los mecanismos de
nombrar a las altas cortes para dotarlas de mayor independencia. Morales estuvo
ausente en esas discusiones y las reformas murieron en un Congreso de la
República plagado de impresentables.
La sensación
que uno se lleva es que Guatemala tenía una oportunidad de oro después de lo
sucedido en 2015 para hacer las reformas profundas al Estado que son necesarias
para fortalecer las instituciones. La oportunidad se fue y Morales fue un rehén
del crimen organizado y ahora es muy difícil hacer las reformas antes
mencionadas porque los grupos de interés han recuperado el poder.
Edgar Ortíz Romero, guatemalteco, es
Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad Francisco
Marroquín de Guatemala y Máster en Economía por la Universidad Rey Juan Carlos
de Madrid. Es docente universitario, columnista en el diario digital
RepúblicaGT y participa como analista en varios medios de comunicación en
Guatemala. Actualmente es director del área jurídica de la Fundación Libertad y
Desarrollo.
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